Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

¿Qué es la felicidad?... con bostezo


El 99% de la gente que conozco no es feliz. Tal vez, porque no saben en que consiste ser feliz… Uffff, pensaréis… menudo gilipollas… claro, claro… pero, pensarlo. ¿En qué consiste eso de ser feliz?. Ser rico, tener poder, estar enamorado y ser correspondido… consiste en tener salud, en ver crecer sanos a los hijos y nietos, poder ayudar a aquellos que más lo necesitan, vivir en un mundo más justo… y, humano… ¿Qué es la felicidad?. Pues es sencillo: La felicidad consiste en vivir. Simplemente. Y ese, es el sentido de la vida: Vivir. Y cuanta gente desconoce cual es el sentido de la vida: Vivir. ¿Un 99%, quizás?... Tantos… como no son felices. Tal vez. Vivir es el reto y la aventura de la Inteligencia. Llegar a comprender como de la no vida se creo la vida hasta preguntarnos por el sentido de ésta… por ejemplo. ¿O por algo tan complejo cómo es el concepto de… felicidad?. Pasa una aburrida tarde de fin de semana solo… lee un libro, ve una película, juega un rato a un videojuego. Pasará más rápido… Quema horas de insomnio con teletiendas nocturnas de aparatos para cortar zanahorias… que nunca vas a comprar. Pregúntate… ¿Eres feliz?. Bueno… quizás sea totalmente idiota… Sí. Soy feliz. ¿Por qué?... Pues, bueno… conozco el sentido de la vida. Que consiste en Ser. Soy. Ente. Pero, soy… estoy… vivo. Y ahora escribo esto. Que podréis rebatir con vuestra experiencia personal y decirme que soy estúpido. O si sois políticamente correctos… que pobre de mí… que equivocado estoy. En cualquier caso, os haré tan sólo una pregunta: ¿Estáis en el 99% de la gente que no es feliz, o en ese uno por ciento qué si lo es?... Subpreguntas: ¿Creéis que yo estoy en ese uno por ciento qué es feliz, o en el 99%?... ¿Por qué creéis qué hay un 1% qué es feliz?.... ¿Acaso importa todo esto qué estoy escribiendo?. ¿Por qué lo estás leyendo?. Ay… La búsqueda de la felicidad es la búsqueda de las búsquedas... La Gran Búsqueda del Tesoro Humano. La de la Suprema Conciencia… esa que se tiene que vivir en cada segundo de profundo aburrimiento, de infinita desesperación, de angustia existencial mientras no pasas de nivel en un videojuego, mientras sabes que Rick no se irá con ella de Casablanca o te preguntas porque cojones has vuelto a caer en la trampa de ponerte a leer otra puta novela de Reverte. Una vez me pregunte siendo adolescente por la odisea de la especie humana, desde lo arcano de las primeras células vivas en el lodo primigenio hasta la aparición del hombre moderno. Estaba en el fútbol viendo a mi equipo jugar una fría tarde de domingo. Debimos meter gol de penalti "espectacular" porque un tipo gordísimo y sudoroso se abrazo a mí y me dio un beso. ¿Eso era la felicidad?.
No importa… El caso es que sé qué soy feliz. ¿Por qué?. Bueno… No ansío el poder. Ni riquezas. Ni siquiera el bienestar. No me preocupa dar ni recibir. Ni aburrirme ni gozar de salud. Me conformo con mis dolores. Con mis miedos. Con las esperanzas que veo truncarse. Con la estupidez que observo a mí alrededor, y algunas luces… ¿Dios?... me la suda bastante… confío en el Gran Arquitecto. Soy feliz de pensar como desde carbono inanimado se ha podido llegar en evolución inversa hasta un miembro de la especie humana como Donald Trump. O algunas feminazis… o algunos ultras de fútbol… o, no sé… Sánchez Dragó, por ejemplo. Me preocupa muy poco que me llamen ignorante algunos… que me digan otros que no sé escribir… o me hablen la comprensión lectora… o que me sigan… ¡Si eso les hace felices!... Porque todo esto va de la felicidad. Se supone. ¿Y qué es la felicidad?. Momentos como dicen algunos… ¡No!. No creo que la envidia traiga felicidad. Ni un triunfo sexual, deportivo… etcétera… ni ese momento en el que el cura le dice al rebaño… lo de… podéis ir en paz… Sin embargo… ésta taza de café con leche que bebo a sorbos de madrugada mientras escribo esto y con un ojito guiñado veo en la televisión la película Los últimos golpes de El Torete… me sabe a felicidad. ¿Qué tontería, no?. Pues eso. Me duele la cabeza, y la espalda… pero, soy feliz. Estoy vivo. Y miro por la ventana… y pienso en aquellos que están al raso, en la guerra, en la dureza de la inmigración, en los refugiados… mas… soy feliz. Porque creo en la solidaridad por encima de la supremacía, y en la bondad sobre todas las corrupciones del mundo. Y porque sé que mientras el mundo duerme hay ángeles velando por todos nosotros. (Lo de las alas… a veces es opcional) Y sí… la felicidad es dulce, y grasa… en chorizo, torrezno y bizcocho… en piel y beso… y agua que bebes y sabe a nacer, y café… que sabe a renacer. Vivir es ser feliz… cada segundo de cada dolor, y cada éxtasis de respirar agitadamente el tiempo. Y digo: Gracias Arquitecto por lo que soy y tengo, y siento… y pienso. Gracias por el Sol, y la Luna, y El Tiempo dimensión y las nubes como espejismo. Gracias por la lluvia. Por la taza que contiene el agua que bebo… Y no dormir, y escribir mal… Y decir lo que tengo dentro. Sabes que te venero… y que hoy domingo no iré a misa a tocar palmas y cantar soplapolleces a una superstición enfermiza y sombría. Pero… ya sabes… QQ.HH. ¡A.L.G.D.G.A.D.U.!.